viernes, noviembre 07, 2014

Manuel Javier Rodríguez Erdoíza

“Los chilenos no tienen amor propio ni la delicada decencia de los libres.

La envidia, la emulación baja y una soberbia absolutamente vana y vaga son sus únicos valores y virtudes nacionales.

La nobleza se llena sin protestar su preferencia a los moros, que a vivir con los españoles y se entiesan.

El pueblo medio es infidente y codicioso.

Los artesanos son la gente de mayor razón y de más esperanza.

La última plebe tiene cualidades muy convenientes. Pero anonadada por constitución de su rebajadísima educación y degradada por el sistema general que los agobia, con una dependencia feudataria demasiado oprimente, se hace incapaz de todo, si no es mandada por el brillo despótico de una autoridad reconocida".
Santiago, 27 de febrero de 1785 - Tiltil, 26 de mayo de 1818
 
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